Episodio 84: Por qué José Smith se casó con niñas menores de edad

José Smith y su casamiento con niñas menores de edad

Desde que la iglesia reconoció en la sección de su website: Temas del Evangelio, que José Smith practicó la poligamia y que además tuvo varias esposas menores de edad, han aparecido numerosas páginas así como discursos y comentarios en redes sociales justificando tan ominosa práctica.

Como ejemplo de esta defensa del matrimonio de los líderes del siglo XIX con niñas menores de edad, he elegido el artículo de FairMormon: ¿Por qué José Smith fue sellado a mujeres jóvenes? el cual es bastante representativo del estilo de respuestas que suelen darse.

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¿Por qué José Smith fue sellado a mujeres jóvenes?(http://en.FairMormon.org/Joseph_Smith/Polygamy/Marriages_to_young_women)

Los matrimonios polígamos de José Smith con mujeres jóvenes pueden parecer difíciles de entender o de explicar hoy en día, pero en su propia época tales diferencias de edad, normalmente no eran un obstáculo para el matrimonio. Los matrimonios plurales eran inusuales, por no decir los mínimos; los de novias con edad más joven eran todavía menos. Los críticos no dan esta perspectiva porque desean conmocionar al público y que juzguen a José Smith según los estándares de la era moderna, en vez de los de su propio tiempo.

La información que tenemos sobre los matrimonios plurales de José Smith es incompleta, simplemente porque se guardaban muy pocos registros en aquella época por miedo a que fuera malinterpretado y a la persecución. Todo lo que sabemos está entresacado de diarios y recuerdos de aquellos que estuvieron involucrados.

Las estimaciones más conservadoras indican que José Smith contrajo matrimonio plural con entre 29 y 33 mujeres, 7 de las cuales eran menores de edad. La más joven fue Helen Mar Kimball, hija del apóstol SUD Heber C. Kimball, que tenía 14 años. El resto fueron de 16 (dos) o 17 (tres). Una esposa (Maria Winchester), de quien virtualmente no se sabe nada, tenía 14 o 15 años.

Helen Mar Kimball

Algunas personas han llegado a la conclusión de que Helen tuvo relaciones sexuales con Joseph, lo que podría haber sido apropiado considerando que ellos estaban casados con el consentimiento de ella y de sus padres. Sin embargo, el historiador Todd Compton no lo ve de esta manera; el critica a los anti-Mormones Jerald y Sandra Tanner por usar su libro para argumentar que sí tuvieron relaciones sexuales, y escribió:
Los Tanners han sacado provecho del matrimonio de José Smith con su esposa más joven, Helen Mar Kimball. Sin embargo, olvidaron mencionar que yo escribí que no hay absolutamente ninguna evidencia de que hubiera nada sexual en el matrimonio, y sugiero, según lo que más tarde se practicó en Utah, que pudo no haber habido nada sexual. Todo apunta a que fue principalmente un matrimonio dinástico.
Helen Mar Kimball
En otras palabras, los matrimonios polígamos a menudo tenían otros propósitos que la procreación, uno de los cuales fue probablemente enlazar familias fieles entre sí, y éste parece haber sido el propósito del matrimonio de José con la hija de un apóstol fiel. (ver Ley de Adopción.)

Los críticos quienes asumen que el matrimonio plural se “trata sólo de sexo” pueden estar basando su opinión en sus propios prejuicios y suposiciones, más bien que en los motivos reales de los miembros de la Iglesia que participaban en la práctica.

Evidencia del caso del “Lote del templo” de la no consumación del matrimonio con Helen Mar Kimball

Hales (Brian Hales, autor de Joseph Smith's Polygamy N. del T.) ha descubierto una línea adicional de evidencia que sugiere que el matrimonio de Helen no fue consumado. En 1892, la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (RSUD, ahora Comunidad de Cristo) demandó al grupo de los Hendrickitas, o grupo desgajado del “Temple Lot”. Ellos afirmaban que el templo de Independence, Missouri, era propiedad legítima de la Iglesia Reorganizada, ya que ellos eran los herederos directos del grupo religioso original de José Smith.

Aunque no abrazaron la doctrina del matrimonio plural, el grupo del “Temple Lot” estaba ansioso por demostrar que José Smith la había enseñado, puesto que si era así entonces la Iglesia Reorganizada (quienes negaban que José la hubiera practicado, y ciertamente tampoco adoptaron la doctrina) tendría dificultad para probar que ellos eran los sucesores directos de la iglesia fundada por José.

Hales informa:
Nueve de las esposas plurales de José Smith estaban todavía vivas cuando comenzaron las declaraciones el 14 de marzo de 1892. Tres fueron esposas poliándricas (Zina Huntington Jacobs Young, Mary Elizabeth Rollins Lightner, y Patty Bartlett Sessions) y seis no lo eran (Helen Mar Kimball, Martha McBride, Almera Johnson, Emily Partridge, Malissa Lott, and Lucy Walker). Evidentemente entre los factores que afectaron a la elección de los testigos estaban la salud y las distancias para viajar para las mujeres, y muy importante, si los matrimonios polígamos con el Profeta incluían relaciones conyugales. Los sellamientos no sexuales serían tratados como matrimonios espirituales de pequeña importancia y, en manos de los abogados de la Iglesia Reorganizada, jugarían a su favor.

Entre las esposas no poliándricas que no fueron convocadas estaba Martha McBride, quien vivía en Hooper, Utah (treinta y siete millas al norte). La relación de McBride con José Smith está muy poco documentada, sin evidencia de relaciones sexuales. . . Tampoco fue citada Helen Mar Kimball, residente en Salt Lake City, quien escribió dos libros defendiendo la práctica del matrimonio plural. Su sellamiento al profeta ocurrió cuando sólo tenía catorce años de edad, y la presencia o ausencia de relaciones sexuales en su matrimonio plural está en debate por los historiadores.

Durante las sesiones de preguntas y respuestas con Malissa Lott, Emily Partridge, y Lucy Walker, los detalles de sus matrimonios polígamos con José eran primordiales; la cuestión de la sexualidad fue un asunto central. Si [Helen u otras] no podían dar fe de tales relaciones, sus testimonios como esposas polígamas del Profeta podrían dañar la causa de la Iglesia de Cristo (Temple Lot).
El relato personal de Helen

Helen “tomó papel y lápiz antes de morir para describir vividamente sus lazos como miembro de los Santos de los Últimos Días durante sus primeras dos décadas de existencia, en una serie de artículos publicados en Woman’s Exponent” en la década de 1880. Algunos de sus artículos trataban sobre el matrimonio plural: “Sus recuerdos personales de aquellos días constituyen una importante fuente que, junto a otros relatos de primera mano de los participantes, proporcionan una visión más completa de la introducción de uno de los rasgos más característicos del mormonismo del siglo diecinueve. Los escritos de Helen Mar, una fuente importante de la historia de los Santos de los Últimos Días, fueron publicados en el año 1997 por el Centro de Estudios Religiosos de la BYU en un libro titulado A Woman's View: Helen Mar Whitney's Reminiscences of Early Church History (El punto de vista de una mujer: Reminiscencias de Helen Mar Whitney sobre la temprana historia de la Iglesia). El libro también incluye su autobiografía de 1881 a sus hijos, en la que, en relación con su matrimonio con el profeta José Smith, ella escribió:
Hace tiempo que aprendí a dejarle todo [a Dios], quien conoce mejor que nosotros mismos lo que nos hará felices. Estoy agradecida de que me haya llevado a través del horno de la aflicción y que haya condescendido en mostrarme que las promesas hechas a mí la mañana en la que fui sellada al Profeta de Dios se cumplirán, y que mis lazos no se romperían, porque he tenido una visión del principio de la eterna salvación y la unión perfecta que este poder sellador traerá a la familia humana―y con la ayuda de nuestro Padre Celestial estoy determinada a vivir de tal manera que pueda reclamar tales promesas.
Fanny Alger

Una de las esposas sobre las que sabemos relativamente poco es Fanny Alger, la primera esposa plural de José, a quien conoció a principios de 1833 cuando se alojó en casa de los Smith como asistenta de hogar de Emma (tales trabajos eran habituales para las mujeres jóvenes de la época). No hay relatos de primera mano de su relación (de José o Fanny), ni relatos de segunda mano (de Emma o la familia de Fanny). Todo lo que tenemos son relatos de tercera mano, la mayoría registrados muchos años después de los acontecimientos.

Lamentablemente, esta ausencia de un fiable y extenso detalle histórico deja mucho espacio para los críticos al afirmar que José Smith tuvo un romance con Fanny y luego más tarde inventó el matrimonio plural como forma de justificar sus acciones. El problema es que no sabemos los detalles de la relación o en qué consistía exactamente, y así no queda más que suponer que José actuó honorablemente (como creyentes) o deshonrosamente (como críticos).

Existe alguna evidencia de que José Smith sabía a comienzos de 1831 que el matrimonio plural sería restaurado, así que es perfectamente legítimo argumentar que la relación de José con Fanny Alger fue tal caso. Mosíah Hancock (un mormón) informó de una ceremonia de la boda; y los apóstatas mormones Ann Eliza Webb Young y su padre Chauncery hacen referencia a la relación de Fanny como un “sellamiento”. Ann Eliza también informó que la familia de Fanny estaba muy orgullosa de la relación de Fanny con José, lo cual no tiene mucho sentido si se trataba simplemente de un asunto de mal gusto. Los más cercanos a ellos vieron el matrimonio como exactamente eso: un matrimonio.

Perspectiva histórica y cultural

El matrimonio plural ciertamente no estaba en consonancia con los valores de la “corriente principal de América” en los días de José Smith. Sin embargo, los lectores modernos también juzgan la edad de los cónyuges según los estándares modernos, en lugar de las normas del siglo XIX.

En el libro de Todd Compton sobre los matrimonios de José Smith, también menciona los siguientes matrimonios monógamos:


Esposa

Edad

Esposo

Edad

Diferencia

Lucinda Pendleton

18

William Morgan

44

26

Marinda Johnson

19

Orson Hyde

29

10

Almira McBride

17

Sylvester Stoddard

40s

>23

Fanny Young

44

Roswell Murray

62

18

Y, una variedad de personajes históricos mormones y no-mormones tenían similares grandes diferencias de edad:

Esposo

Edad

Esposa

Edad

Diferencia

Johann Sebastian Bach

36

Anna Magdalena Wilcke

19

17

Lord Baden-Powell (Fundador de los Scouts)

55

Olave Soames

23

32

William Clark (of the Lewis and Clark
Expedition)

37

Julia Hancock

16

21

Grover Cleveland (22nd, 24th US President)

49

Frances Cleveland

21

28

Thomas A. Edison

24

Mary Stillwell

16

8

Thomas A. Edison

39

Mina Miller

20

19

Martin Harris (1808)

24

Lucy Harris (1st cousin)

15

9

Levi Ward Hancock (7 April 1803)

30

Clarissa Reed

17

13

Andrew Mellon

45

Nora Mary McMullen

20

25

John Milton (Paradise Lost)

34

Mary Powell (1st wife)

17

17

John Milton

55

Elizabeth Minshull (3rd wife)

24

31

Edgar Allen Poe

26

Virginia Clemn (his cousin)

13

13

Alexander Smith

23

Elizabeth Kendall

16

7

David Hyrum Smith

26

Clara Hartshorn

18

8

Frederick Granger Williams Smith

21

Annie Maria Jones

16

5

Joseph Smith, III

66

Ada Rachel Clark

29

37

John Tyler (US President, 1844)

56

Julia Gardiner

24

32

Almonzo Wilder

28

Laura Ingalls (Little House)

18

10

La información estadística para las edades maritales está disponible en el censo de 1850. (ver gráfica en: http://en.FairMormon.org/Joseph_Smith/Polygamy/Marriages_to_young_women)


Es de destacar el 41,7% de las mujeres casadas como adolescentes en comparación con sólo el 4,1% de los hombres. La edad media de los hombres fue de más de cinco años mayor que el de las mujeres (27,6 en comparación a 22,5). Para las mujeres jóvenes, el matrimonio entre principios y mediados de la adolescencia era algo raro, pero no imposible, como los anteriores datos tanto anecdóticos como estadísticos muestran. Las novias adolescentes se casaban con un marido que de promedio era 6,6 +/- 4,7 años mayor. Para poner esto en perspectiva, el 13% de las veces el marido era más de 10 años mayor que su esposa adolescente. (El 13% no es del total de los matrimonios, sino del total de los matrimonios en los que la novia era adolescente. N. del T.)

Es probable que el lector del siglo XXI vea a los matrimonios de mujeres jóvenes con hombres mucho mayores como inapropiados, aunque todavía no son infrecuentes. En los EE.UU. hoy en día, en la mayoría de los estados, la “edad de consentimiento” que establece la ley es de 18 años. Ésta es la edad en la que una persona puede dar su consentimiento para tener relaciones sexuales o para casarse. Sin embargo, incluso hoy día, la “edad de contraer matrimonio”, la edad mínima en la que una persona puede casarse con permiso de los padres o con permiso de un juez, es de 16 años en la mayoría de los estados. En California no hay una edad mínima para contraer matrimonio; un niño de cualquier edad puede contraer matrimonio con el consentimiento de los padres. Así que el matrimonio de José Smith con Helen Mar Kimball, de haber sido hecho con el permiso de sus padres, sería legal en California aún hoy en día, a excepción del aspecto polígamo de la misma.

Pero los modernos límites de edad en la mayoría de los estados representan sólo la actitud moderna. La edad de consentimiento bajo el derecho común inglés era de diez años. La ley de los Estados Unidos no elevó la edad de consentimiento hasta finales del siglo XIX. En los días de José Smith, en la mayoría de los estados la edad de consentimiento era todavía de diez años. Algunos la habían elevado a doce. ¡Y Delaware la había bajado a siete!

Es significativo que ninguno de los contemporáneos de José se quejó de las diferencias de edad entre los cónyuges polígamos o monógamos. Esto era simplemente parte de su entorno y cultura; es injusto juzgar a los miembros del siglo XIX por las normas sociales del siglo XXI. Como un estudioso no SUD de la vida adolescente en la historia estadounidense señaló:
Hasta el siglo XX, las expectativas adultas de los jóvenes estaban determinadas no por la edad sino por el tamaño. Si un chico de catorce años de edad se veía grande y lo suficientemente fuerte como para hacer el trabajo de un hombre en una granja o en una fábrica o en una mina, la mayoría de la gente lo veía como a un hombre. Y si uno de dieciséis, era más lento en crecer y no podía actuar como un hombre, no era considerado como tal. Para las mujeres jóvenes, el problema era el mismo. Estar lista para contraer matrimonio era lo mismo que estar lista para la maternidad, lo cual se determinaba por el desarrollo físico, no la edad .... (en negrita en la página de FairMormon N. del T.).

Lo verdaderamente importante, sin embargo, era que la madurez de cada joven era juzgada de forma individual.
En siglos pasados, las mujeres a menudo morían en el parto, y los hombres a menudo se volvían a casar con mujeres más jóvenes. Las mujeres a menudo se casaban con hombres mayores, ya que estos estaban mejor establecidos financieramente y eran capaces de darles un mejor sostén que los hombres de su misma edad.

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Los documentos de FairMormon juegan mucho con la falacia. Lo que la gente se pregunta es por qué José Smith se casó con niñas menores de edad, no con mujeres jóvenes. Una mujer de 20 años es una mujer joven, y su edad no es comprable con la de una niña de 14.

Me gustaría comenzar por el primer argumento que utiliza FairMormon, que es el más frecuentemente recurrido por los apologistas mormones: “…en su propia época tales diferencias de edad, normalmente no eran un obstáculo para el matrimonio(…) juzgan a José Smith según los estándares de la era moderna, en vez de los de su propio tiempo(…) los lectores modernos también juzgan la edad de los cónyuges según los estándares modernos, en lugar de las normas del siglo XIX”. Este argumento se repite como un mantra en las redes sociales. La primera vez que lo leí fue en el Facebook de John Dehlin. Cuando éste fue excomulgado alguien sugirió que era José Smith quien debería haber sido excomulgado por sus matrimonios con niñas menores de edad, a lo que un apologista respondió que no podía juzgarse a José Smith por los estándares modernos, sino por los de su época.

El artículo de FairMormon juega también con la ambigüedad en lo que se refiere a la moral de la época. Aunque en un principio pretende hacer una diferenciación entre las normas del siglo XIX y las actuales, hacia el final del mismo asegura que no son tan diferentes y que los matrimonios con adolescentes no son tan extraños hoy en día poniendo de ejemplo que en el estado de California no hay una edad mínima para contraer matrimonio; un niño de cualquier edad puede contraer matrimonio con el consentimiento de los padres. Así según Fair, no importa que juzguemos a José Smith por los estándares del siglo XIX o del siglo XXI, ellos tienen una justificación para cada uno de los dos casos. Esta falacia pretende esconder una premisa que la Iglesia SUD suele utilizar como argumento para otras doctrinas: Que algo sea legal no quiere decir que se considere moral. De hecho la Iglesia SUD considera inmoral el matrimonio gay, que ahora es legal en EE.UU. Supongamos que un apóstol SUD se declarase homosexual y celebrase un matrimonio gay, se podría argumentar que al fin y cabo es legal y no hay nada que criticar. ¿Por qué se pretende que no consideremos inmorales los matrimonios con niñas menores de edad, aunque estos fuesen legales?

Lo cierto es que no hay tanta disparidad entre la época anterior y la actual. Las grandes diferencias de edad y los matrimonios con menores ocurren, rara vez como en el siglo XIX, pero suceden, lo cual no justifica en ninguna manera el tema que nos ocupa como pretendo demostrar a continuación.

Al final del artículo Fair ofrece una lista de matrimonios de gente célebre del siglo XIX (mormones y no mormones) con grandes diferencias de edad. Fair actúa de forma tramposa al no distinguir entre matrimonios donde hay un menor de edad (siempre la novia) y matrimonios donde los dos son adultos. Yo sí voy a hacer tal diferenciación y enumeraré algunos matrimonios de personajes célebres actuales―todos adultos―donde existe una gran diferencia de edad (cuando la mujer es mayor que el marido la diferencia aparece en negativo)

Marido

Edad

Esposa

Edad

Diferencia

Jay Z

43

Beyoncé

32

11

Bruce Willis

57

Emma Heming

32

25

Nick Cannon

32

Mariah Carey

43

-11

Piqué

26

Shakira

36

-10

Brahim Zaibat

28

Madonna

54

-26

Al Pacino

73

Lucila Polak

35

38

Clint Eastwood

83

Dina Ruiz

47

36

Robert Duvall

82

Luciana Pedraza

41

41

Harrison Ford

72

Calista Flockhart

47

25

Jason Statham

47

Rosie
Huntington-Whiteley

28

19

Johnny Depp

51

Amber Heard

28

23

René Angélil

73

Celine Dion

47

26

Alec Baldwin

57

Hilaria Thomas

32

25

Olivier Sarkozy

45

Mary Kate Olsen

28

17

Eddie Murphy

54

Paige Butcher

35

19

Hugh Hefner

89

Crystal Harris

29

60

Alberto de Mónaco

57

Charlene Wittstock

37

20

Gad Elmaleh

44

Carlota Casiraghi

28

16

Tommy Mottola

65

Thalía

43

22

George Clooney

53

Amal Alamuddin

37

16

Sean Penn

54

Charlize Theron

39

15

Se puede observar que la media de diferencia de edad es incluso mayor que la tabla del siglo XIX utilizada en FairMormon. Aun así, esta clase de matrimonios son tan poco comunes ahora como lo fueron en el siglo XIX. A nivel personal sólo he conocido una pareja con una diferencia de edad de 20 años. Fue un médico que me atendió en cierta ocasión. Cuando yo los conocí él estaba en sus setenta y ella en sus cincuenta, pero cuando contrajeron matrimonio ella estaba en sus 30. Una edad lo suficientemente adulta como para tomar esa decisión.

Así que los estándares (en cuanto a grandes diferencias de edad) son los mismos ahora que entonces, lo cual no merma en ninguna forma nuestro horror al pensar en un hombre de mediana edad contrayendo matrimonio con una niña de 14 o 15 años. No estamos juzgando a José Smith por unas normas diferentes a las de su época. El grado de maldad de tales actos y el sufrimiento que ocasionaron es el mismo que producirían hoy día.

El artículo de FairMormon contiene más trampas. Una de ellas está en uno de los nombres de su lista de matrimonios célebres. A nadie le habrá escapado a su atención el matrimonio de Edgar Allan Poe. El tenía 26 y mientras que su esposa tenía sólo 13. Lo que nos llama la atención no es la diferencia de edad si no el hecho de que su esposa—Virginia Clemn, además su prima—tuviera sólo 13 años de edad, dando cierta apariencia de normalidad a los matrimonios de José Smith. Sin embargo, en su certificado de matrimonio Virginia aparece como de 21 años de edad (Meyers, Jeffrey. Edgar Allan
Niña novia en Yemen
Poe: His Life and Legacy [1992] También se pude leer en la Wikipedia en inglés en la entrada de Edgar Allan Poe). Este engaño en el certificado indica que la edad de su esposa no era algo bien visto por la sociedad de la época.

Los matrimonios con niñas jóvenes todavía ocurren hoy día. Que una niña de menos de quince años se case con un adulto es una práctica habitual en Yemen, donde en el año 2010 el parlamento rechazó una ley propuesta por el Gobierno yemení para establecer como edad mínima de casamiento los 17 años.
La invisibilidad de esta práctica en la conciencia popular tiene un marcado contraste con la amplia presencia del matrimonio infantil en Latinoamérica (donde el 29% de las menores de 18 años están casadas o en unión), con las mayores tasas en Brasil (36%), República Dominicana (41%), Nicaragua (41%) y Honduras (34%). Brasil en concreto tiene los números absolutos más altos de niñas en matrimonios infantiles de la región y se estima que es el cuarto país en número total en todo el mundo: 88.000 niñas y niños (de edades entre los 10 y los 14 años) están en lo que el censo nacional clasifica como uniones “consensuales” (informales), civiles y/o religiosas en Brasil (link al artículo).
En una Mesa celebrada en Guatemala a favor de las niñas adolescentes se informó que de 2009 a 2012 se registraron más de 80 mil matrimonios de niñas menores de 18 años, miles de ellas menores de 14 años.

En la página de UNICEF existe un informe sobre matrimonios prematuros actuales.
Se supone que cuando una muchacha se casa, se convierte en mujer, aunque tenga solamente 12 años de edad. Del mismo modo, cuando se obliga a un muchacho a casarse, pasa a ser un hombre y debe dejar de lado sus juegos infantiles. Si bien la edad a la cual se contrae matrimonio, en términos generales, está aumentando, el matrimonio prematuro, es decir el matrimonio de niños y adolescentes menores de 18 años, es todavía una práctica muy difundida. . .

No sólo actualmente, sino también desde una perspectiva histórica, en Europa Occidental y Norteamérica las personas se casan en un momento más avanzado de la vida. En el siglo XVI, la edad media a la cual se casaban las mujeres europeas (salvo en el caso de una pequeña minoría selecta de terratenientes) era de 24 años (26 para los hombres), y en el siglo XVIII llegó a ser de 27 años (30 para los hombres) (http://www.unicef.org/protection/childmarriage_digest7spanish.pdf).
Como podemos observar los matrimonios de niñas menores de edad se produjeron en siglos pasados, pero también en éste, y eran tan poco comunes como lo son actualmente (aun así son demasiados). Esto no impide que los veamos con cierta repulsión y hasta con repugnancia cuando el marido es un adulto de mediana edad.

El manido argumento de la “época”, “las costumbres del momento”, etc., no funciona. Quizás en otros siglos la gente era más ignorante, las distancias eran más largas, y la comunicación y la ayuda era más lejana. Un profeta moderno no se atrevería a tales proposiciones porque rápidamente sería noticia, y las autoridades actuarían como lo hicieron en el caso de Warren Jeffs.

Póster del filme "Nacimiento de una
nación", el cual incluye una imagen
de un estilizado miembro del
Ku Klux Klan
Cuando yo tenía unos 17 años fui a un curso de cine de la universidad en mi ciudad. Era un curso abierto a todo el público, motivo por el cual podía encontrarse gente de mi edad así como de 30 o 40 años. El curso se impartía los viernes y consistía en ver una película y después tener una pequeña clase/debate sobre la misma. Comenzó con varias películas de cine mudo y terminó con Star Wars. Una de las primeras películas que vimos fue “El nacimiento de una nación”, de David W. Griffith. Esta película muda de 1915, es una epopeya que narra los comienzos de los Estados Unidos y que técnicamente hablando sentó las bases para gran parte del cine que se desarrolló más adelante. Hasta el momento esto era lo único que había oído de ella. Me senté a verla y conforme avanzaba la película que me quedé absolutamente sorprendido de ver que, hacia el final de la misma, los negros eran tratados como gente maligna e inferior, y los miembros del Ku Klux Klan como auténticos héroes, a la altura del mito del “Zorro” (por el disfraz). De hecho, en una de las escenas finales, el Ku Klux Klan salva a la heroína de los “malvados negros” que la querían violar y el grupo vuelve a la ciudad triunfante y aclamado por todos. Cuando acabó la película yo estaba arrinconado en el asiento sin saber que pensar. ¿Acababa de ver una película racista? Era el más joven de la sala y reconozco que preguntar me daba vergüenza. La edad de los que allí se encontraban rondaban los treinta y yo no me arriesgaba a hacer el ridículo. La persona que daba la clase comenzó a hablar del montaje, las tomas, los planos, el travelling, pero no decía nada del asunto de los negros. Hasta que alguien levantó la mano y dijo: “Pero esta película es un poco reaccionaria, ¿no?” Y entonces el instructor intentó justificarla con los argumentos de “los estándares de la época”, “la forma de pensar”, “eran otros tiempos”, etc.

Al llegar a casa busqué en una enciclopedia de cine de la cual sólo poseía tres tomos de los catorce que la componían y que había comprado en una librería de segunda mano. Recé porque en alguno de los esos tres tomos se hablase de la película.

Tuve suerte.

Todavía la conservo y en palabras de la propia enciclopedia:
…la película resulta maniática y agitadora, con unos niveles de intolerancia racial altos incluso para las opiniones del momento.

El algunas ciudades se produjeron motines; en New York, el alcalde y el comisionado de licencias insistieron en que se suprimieran las escenas más provocadoras” (Gran Historia Ilustrada del Cine, Sarpe, Tomo 1, p. 40)
En otro libro descubrí que los actores que interpretaban a los “malvados negros” no eran negros sino actores blancos con la cara pintada de betún. Ningún negro estaba dispuesto a interpretar ese papel (Historia del Cine, pag. 104, de Roman Gubern, Editorial Lumen. La película se puede encontrar fácilmente en YouTube.)

Una vez más, que algo fuera legal no lo respaldaba como moral y aceptable, y el socorrido argumento de las opiniones y estándares de la época se desmoronaba ante los datos de los hechos históricos, como en el caso de José Smith.

Recordemos la segregación existente en Estados Unidos hasta los años 60. Aun siendo legal, todavía nos resulta escandalosa, y los auténticos héroes son los que se sublevaron contra ella como Martin Luher King o Rosa Parks.

Pero todavía queda un razonamiento por esgrimir. Se supone que José Smith era un profeta de Dios. En palabras de la propia Iglesia en su ensayo, El matrimonio plural en Kirtland y en Nauvoo:
Cuando Dios manda que se realice una tarea difícil, a veces envía mensajeros adicionales para incentivar a Su pueblo a que obedezca. En congruencia con ese modelo, José Smith les dijo a sus colaboradores que un ángel se le había aparecido tres veces entre 1834 y 1842, y le había mandado poner en práctica el matrimonio plural cuando él dudaba en llevarlo a cabo. Durante la tercera y última aparición, el ángel llegó con una espada desenvainada, amenazando a José Smith con destruirlo a menos que procediera a obedecer plenamente el mandamiento.
¿Apareció un ángel a José Smith con una espada desenvainada “amenazándole con destruirlo” a menos que obedeciera, y no le dijo que casarse con niñas menores de edad iba contra las normas de Dios? ¿O, por el contrario, Dios aprueba el matrimonio entre adultos y niñas? ¿En que clase de Dios cree la Iglesia SUD? Según la declaración de la Primera Presidencia de la Iglesia SUD en cuanto al matrimonio entre personas del mismo sexo, “los cambios en la ley civil no modifican, ni pueden cambiar la ley moral que Dios ha establecido”.

¿Entra dentro de la Ley moral de Dios el matrimonio de adultos con menores de edad? ¿Entra en la moralidad de la Iglesia? No importa la época, la iglesia afirma que Dios no cambia. La pregunta es: ¿lo aprueba Dios?

Helen Mar Kimball

El caso de Helen Mark Kimbal es importante porque fue la niña de menor edad de la que se tiene constancia sin género de duda que fue sellada a José Smith. FairMormon establece su defensa principalmente a través de dos frentes: a) No hay pruebas de que José Smith y Helen Mar Kimball tuvieran relaciones sexuales; b) Helen Mar Kimball fue una defensora del matrimonio plural hasta su muerte: “Después de la muerte de José Smith, Helen se volvió a casar y llegó a ser una defensora elocuente de él y del matrimonio plural” (link a la fuente).

a) No hay pruebas de que José Smith y Helen Mar Kimball tuvieran relaciones sexuales

En primer lugar, FairMormon utiliza como argumento la crítica de Tod Compton a los Tanner, sacándola fuera de contexto, donde Compton asegura que no hay evidencia de que hubiera nada sexual en la relación entre José Smith y Helen Mar Kimball como prueba de que en realidad no hubo nada. Pero lo que Compton en realidad dice es que no hay pruebas a favor pero tampoco en contra. Él no puede asegurar que hubiera relaciones sexuales, pero tampoco puede asegurar que no las hubiera.
Curiosamente, la esposa más joven de José, Helen Mar Kimball, era la hija de otro apóstol leal, Heber C. Kimball, por lo que el matrimonio también puede ser considerado dinástico, no motivada únicamente por el interés sexual (In Sacred Loneliness, p. 12). Algunos concluyen que Helen Mar Kimball, quien se casó con Smith cuando tenía catorce años, no tuvo relaciones conyugales con él. Esto es posible, ya que hay casos de mormones en Utah que se casaron con mujeres jóvenes y se abstuvieron de de tener relaciones con ellas hasta que fueron mayores. Pero la evidencia de Helen Mar es totalmente ambigua, en mi opinión. (Ibid, p. 14) Orson Whitney escribió: “Poco después de que la revelación [de Vilate] fue dada, se forjó un eslabón de oro por el cual la casa de Heber y José quedaron unidas indisolublemente y para siempre. Helen Mar . . . fue dada al Profeta en los sagrados lazos del matrimonio celestial”. Este matrimonio, como el de Smith a Sarah Whitney, parece ser casi puramente dinástico, como el lenguaje de Whitney (“eslabón de oro”, “las casas de Heber y José”) muestra. (Ibid, 497)

Mi posición, en realidad, es que no hay pruebas, a favor o en contra, de las relaciones sexuales. No se puede probar que hubo relaciones sexuales; no se puede probar que no hubo relaciones sexuales. Nótese que no me limito a decir [que la evidencia sea] “ambigua”; Digo “totalmente ambigua” (link a la fuente).
b) Helen Mar Kimball fue una defensora del matrimonio plural hasta su muerte

En todo este asunto FairMormon (otra trampa) olvida citar las propias palabras de Helen Mar Kimball:
Mi padre fue el primero en dármelo a conocer [el matrimonio plural], lo que tuvo un efecto similar a un golpe repentino de un pequeño terremoto. Cuando se enteró (después de la primera explosión de descontento por el supuesto daño) de que lo recibí mansamente, tomó la primera oportunidad para presentarme a Sarah Ann [Whitney] como esposa de José” (Whitney, 1880 a 1883).

Mi padre tenía nada más que un Cordero, pero voluntariamente lo depositó sobre el altar: cuan cruel le pareció esto a la madre cuyas fibras del corazón ya estaban lo suficientemente tensas como para romperse en pedazos, porque él [Heber] había tomado por esposa a Sarah Noon y pensaba que ya había hecho suficiente sacrificio, pero el Señor le requería más. Pasaré por alto las tentaciones que tuve durante las veinticuatro horas siguientes de que mi padre me enseñó este principio y me preguntó si me sellaría a José, quien llegó la mañana siguiente y con mis padres le oí enseñar y explicar el principio del matrimonio Celestial, después de lo cual me dijo: “Si das este paso, te asegurarás tu salvación eterna y la exaltación y la de la casa de tu padre, y la de todos vuestros hermanos.

Esta promesa fue tan grande que me ofrecí voluntariamente a comprar tan gloriosa recompensa. Nadie más que Dios y sus ángeles podrían ver el sangrante corazón de mi madre―cuando José le preguntó si estaba dispuesta, ella respondió “Si Helen está dispuesta no tengo nada más que decir”. Ella había sido testigo de los sufrimientos de otros, que eran mayores que ella y que comprenderían mejor el paso que estaban tomando, al ver a su hija, que apenas había visto a su quinceavo verano, siguiendo el mismo camino de espinas, en su mente vio la miseria que iba a venir tan segura como que el sol iba a salir y ponerse; pero todo me permanecía oculto. (Jeni Broberg Holzapfel and Richard Neitzel Holzapfel, eds., A Woman's View: Helen Mar Whitney's Reminiscences of Early Church History, pp. 481–487)
Verdaderamente no puedo entender que un simple matrimonio dinástico fuera causa de tanto sufrimiento, si este no incluía cohabitación marital. Helen Mar lo recibió mansamente, como ella dice, pero no con gozo, sino más bien con dolor. No quiero imaginar cómo fue ese “terremoto” para una niña de catorce años cuyo futuro quedaba hipotecado para segurar la salvación de toda su familia. Ningún niño debería soportar semejante carga.

Es cierto que el resto de su vida defendió el matrimonio plural, pero más bien como el pago para recibir una recompensa posterior más que como algo que le agradase. Lo que Helen Mar hizo tenía mucho que ver con la obediencia ciega, y nada con la felicidad. Podríamos preguntar lo mismo a cientos de mujeres que viven actualmente y aceptan la poligamia en la Iglesia fundamentalista, las que ofrecieron a sus hijas a Warren Jeffs. Esa “buena voluntad” (por favor nótese el entrecomillado) no significa nada, no demuestra nada.

En el documental de John Krakahuer, Presas del profeta (Prophet’s Prey) sobre la Iglesia fundamentalista, hay una escena (sólo el audio, sin imágenes) especialmente repugnante donde una niña es violada por Warren Jeffs, quien en ese momento era el profeta. Me resulta muy desagradable reproducir la escena pero resumiéndola, ella no sólo no muestra rechazo, sino―ante la pregunta del profeta―muestra cierta aprobación. La palabra correcta sería obediencia. Por muchas mujeres de la Iglesia fundamentalista que defiendan y apoyen los actos réprobos de Warren Jeffs, éstos no dejaran de ser perversos, malignos e inaceptables. No pretendan que juzguemos a José Smith de manera diferente.

Warren Jeffs con algunas de sus esposas


Hay una última confesión que Helen Mar Kimball hizo a una amiga cercana en Nauvoo, absolutamente demoledora que FairMormon y la iglesia se niegan a aceptar como auténtica, por provenir de un libro no favorable a la Iglesia:
Nunca me habría sellado a José de haber sabido que era algo más que una ceremonia. Yo era joven, y ellos me engañaron, diciendo que la salvación de toda nuestra familia dependía de ello (Catherine Lewis, Narrative of Some of the Proceedings of the Mormons, p. 19).
Los propios remordimientos de la Iglesia quedan plasmados en su ensayo El matrimonio plural en Kirtland y en Nauvoo, cuando en vez de reconocer abiertamente que Helen Mar Kimball tenía 14 años el ensayo afirma: “…la cual fue sellada a José Smith varios meses antes de cumplir los 15 años”.

Fanny Alger

El matrimonio con Fanny Alger es justificado de forma muy curiosa: no sabemos casi nada del mismo, no hay relatos de primera ni segunda mano, no hay registro, no hay nada oficial. ¿Una iglesia que se caracteriza por registrarlo todo olvida registrar el primer matrimonio plural?

De nuevo FairMormon olvida citar una de las declaraciones más importantes. En Enero de 1838, Oliver Cowdery, uno de los tres testigos de la autenticidad del Libro de Mormón, escribió a su hermano acerca de su indignación por la relación de José Smith con Fanny Alger. Cowdery dijo que:
. . . había discutido con Smith el desagradable sucio, repugnante, obsceno asunto de él y Fanny Alger . . . sobre el que declaré estrictamente que nunca había renegado de la verdad en el asunto, como se supone que fue admitido por él mismo (Cowdery to Warren A. Cowdery, January 21, 1838, citado en Richard Bushman, Rough Stone Rolling, pp. 323-24.).
En abril de 1838, los líderes mormones reunidos en el Consejo Superior de Far West excomulgaron a Cowdery, en parte porque “parecía insinuar” que Smith era culpable de adulterio. En los libros o manuales de la Iglesia sólo se nos indica que Oliver Cowdery fue excomulgado por apostasía. (La Historia de la Iglesia en el Cumplimiento de los Tiempos, p. 203)

William McLellin relató cómo Emma había sorprendido a José y Fanny en un “acto”, diciendo que:
. . . una noche no encontraba a José y Fanny Alger. Ella fue a la granja y los vio a él y Fanny en el granero juntos a solas. ¡Ella miró por una rendija y vio la transacción! Ella me dijo que esta historia era totalmente cierta. (William E. McLellin, M.D., “Letter to President Joseph Smith [III]” Independence, Mo., July 1872.)
Aunque no sabemos ni se nos aclara cuál fue la “transacción” o el “acto”, las evidencias no son muy favorables hacia José Smith.

Por último, estas críticas no van tanto a José Smith como persona, sino a José Smith como “profeta”. Ya no podemos hacer nada para remediar lo que José Smith, un personaje que vivió hace más de 200 años, hizo como hombre. Pero lo que hizo José Smith como profeta cae sobre los hombros de los líderes actuales que, como él, aseguran ser “profetas, videntes y reveladores”. Todo aquello que José Smith llevó a cabo como “profeta” y todo lo que hicieron los “profetas” que le sucedieron y venga siendo refrendado por los “profetas” modernos como palabra y voluntad de Dios, cae sobre sus espaldas. Por eso es importante remarcar que no importa si no tenemos pruebas concluyentes de si José Smith tuvo o no relaciones sexuales con menores de edad, lo que sí sabemos a ciencia cierta es que su sucesor como profeta y presidente de la Iglesia sí las tuvo. Brigham Young se casó con varias mujeres menores de edad cuando él ya superaba los 40 y tuvo hijos con algunas de ellas. Clarissa Caroline Decker tenía 15 cuando se casó con Brigham Young, y él tenía 42. Elizabeth Fairchild tenía 16 y Young 43. Diana Chase 17 y él 43. Emmeline Free 18, y aunque ya era mayor de edad él tenía 43. Ellen Rockwood 16, Young 44. Lucy Bigelow 16 y él 45. Éstos no fueron matrimonios dinásticos.

No soy un gran aficionado a la Wikipedia pero reconozco que hay una excelente tabla con todas las mujeres de Brigham Young, fechas, edades e hijos que tuvieron (Esta tabla fue originalmente publicada en Dialogue: A Journal of Mormon Thought. Nota de P.M.).

Los matrimonios de hombres mayores con jovencitas llegó a un punto del todo reprobable, ilegal, y repugnante. Uno de mis libros favoritos Mormonism Unveiled, el libro que John D. Lee (el único acusado de la matanza de Mountain Meadows―aunque no el único culpable) describió el siguiente hecho en la cárcel mientras esperaba a que la sentencia de pena de muerte fuera ejecutada,
Warren Snow fue un Obispo de la Iglesia en Manti, Condado de San Pete, Utah. Tenía muchas esposas, pero había una linda jovencita de gran busto en el pueblo que Snow quería por esposa. Él le hizo la corte con todas sus fuerzas, fue a las fiestas a las que ella iba, la visitaba en su casa, y le propuso ser su esposa. Ella le agradeció por el honor que le concedía, pero le dijo que ya estaba comprometida con un joven, un miembro de la Iglesia, y consecuentemente no podía casarse con el viejo sacerdote. Ésta no fue razón suficiente para Snow. Él le dijo que era la voluntad de Dios que ella se casara con él, y por lo tanto debía de hacerlo; que el joven podría ser apartado, enviado a una misión, o tratar con él de alguna forma para liberarla de su compromiso―que de hecho, una promesa hecha por el joven no era vinculante una vez que ella fue informada de que era contraria a los deseos de las autoridades.

La chica siguió obstinada. Los “maestros” de la ciudad la visitaron y le aconsejaron que se casara con el Obispo Snow. Sus padres, bajo las órdenes del consejero del obispo también insistieron que su hija debía de casarse con el viejo. Ella aún así rehusó. Entonces las autoridades llamaron al joven y le ordenaron renunciar a la jovencita. Él rehusó rotundamente. Se le prometieron privilegios en la Iglesia, recompensas celestiales, y todo lo que pudiera imaginar―todo ello en vano. Él permaneció leal a su propósito, y dijo que preferiría morir antes que entregar a la que pretendía que fuera su esposa en brazos de otro.

Esta resistencia inusual a la autoridad por parte de los jóvenes, aumentó las ansias de Snow más que nunca por conseguir a la chica. El joven fue enviado a una misión a cierta localidad distante, para que las autoridades no tuvieran problema de efectuar su propósito de forzar a la chica a casarse como ellos deseaban. Pero la misión fue rechazada por el todavía obstinado e infiel joven.

Se decidió que el joven rebelde debía ser obligado, mediante un trato severo, a respetar los consejos y mandatos del Sacerdocio. Su suerte fue decidida por el Obispo Snow. Él decidió que el joven debía de ser castrado; Snow dijo: “Cuando esté hecho, ya no deseará tanto a la chica, y ella atenderá a razones cuando sepa que su amor ya no es un hombre”.

Se decidió llamar a una reunión a la gente que era leal al consejo, la cual fue efectuada en la escuela de Manti, a la cual debería presentarse el joven, y actuar de acuerdo con la voluntad de Snow. La reunión fue convocada. El joven asistió, y de nuevo se le pidió, ordenó, amenazó para conseguir que entregara a la jovencita a Snow, pero fiel a su sufrida promesa, rehusó a consentir en entregar a la chica. Entonces las luces se apagaron. El joven fue atacado. Fue fuertemente golpeado, y a continuación atado de espaldas a un banco, cuando el Obispo Snow tomó un cuchillo de monte y efectuó la operación de la forma más brutal, y tomó las partes cortadas de su víctima y las colgó en la escuela con un clavo, para que pudieran ser vistas por todo el que visitara la escuela desde entonces.

Entonces el grupo dejó al joven envuelto en su sangre, y medio muerto. Durante la noche él consiguió liberarse de su confinamiento y se arrastró a un pajar donde se echó hasta el día siguiente, cuando fue encontrado por sus amigos. El joven recuperó su salud, pero ha sido un idiota o un lunático callado desde entonces, y es bien conocido por cientos de mormones y gentiles de Utah.

Obispo Snow
Después de esta atrocidad, el viejo Obispo Snow tomó ocasión para convocar una reunión en la escuela, para que la gente de Manti, y la jovencita con la que se quería casar, asistiera. Cuando todos estaban congregados, el viejo habló a la gente acerca de sus deberes con la Iglesia, y su deber de obedecer el consejo, y los peligros de rechazarlo, y entonces públicamente llamó la atención sobre las destrozadas partes del joven, que habían sido cercenadas por él, y declaró que el hecho había sido realizado para enseñar a la gente que el consejo del Sacerdocio debe de ser obedecido. En resumidas cuentas, diré que la jovencita fue pronto forzada a sellarse con el obispo Snow.

Cuando Brigham Young supo lo que le ocurrió a la joven, se enojó mucho, pero no hizo nada contra Snow. Le siguió dejando como obispo de Manti y ordenó echar tierra sobre el asunto. Éste es sólo un ejemplo, de muchos de los que puedo dar, para mostrar el peligro de rehusarse a obedecer un consejo en Utah” (pp. 291-292)
FairMormon también tiene una respuesta para este asunto, pero totalmente falto de referencias y sin llegar a negar el asunto.

En el supuesto de que [el crimen de castración] sea cierto, Lewis (el joven castrado) estaba siendo trasportado a una penitenciaria por un crimen sexual. Él no fue atacado simplemente por desear un matrimonio”.

Fair no llega a negar la castración de Lewis. Sólo lo suaviza acusando al joven de un crimen sexual sin aportar ninguna referencia a dicho crimen.

A través del libro de Michael Quinn, Extension of Power, descubrimos de dónde viene esa información:
En Mayo de 1857 el consejero del Obispo Warren S. Snow escribió que Thomas Lewis de veinticuatro años de edad ‘se había vuelto loco’ después de ser castrado por el Obispo Snow por un crimen sexual no divulgado. Cuando fue informado de las medidas tomadas por Snow, Young dijo: ‘Pienso que lo voy a apoyar,’ aunque el hermano de Young, Joseph, una autoridad general, desaprobó el castigo. En julio, Brigham Young escribió una carta tranquilizadora al obispo acerca de la castración: ‘Simplemente déjalo correr, y no digas más sobre el asunto’, el presidente SUD aconsejó, ‘y la gente lo irá olvidando’. (pp. 250-251)
Es decir la información del supuesto crimen sexual viene de uno de los consejeros de Snow, uno de sus leales, y como se puede observar Brigham Young no hizo nada por investigar el asunto, ni por castigar a Snow.

Ante semejantes hechos la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sólo tiene una salida honorable: condenarlos de la forma más absoluta.

No estamos hablando de matrimonios de niñas menores con muchachos de una edad similar, motivo por el cual existían dichas leyes. Estamos hablando de un profeta que exige a una niña que se case con él, sin que la niña haya demostrado ningún interés previo (como corresponde al amor romántico), que lo comparta con más esposas y que si no lo hace pondrá en peligro la salvación de ella y de toda su familia.

Las palabras de Helen Mar Kimball “… [mi madre] en su mente vio la miseria que iba a venir tan segura como que el sol iba a salir y ponerse; pero todo permanecía oculto a mí” deberían retumbar en sus conciencias una y otra vez, como los truenos de una tormenta que no acaba de terminar.

Boyd K. Packer dijo una vez: “Algunas cosas que son ciertas no son de mucha utilidad”. No sé en que clase de cosas ciertas estaría pensando este “profeta vidente y revelador”, pero yo me quedo con la frase de un profeta mucho más antiguo: “La verdad os hará libres”.

Comentarios

  1. Si el interés de los matrimonios como el de Kimball con José era establecer relaciones dinásticas, ¿no era mejor el sellar directamente a esa familia con la de José, práctica también común en esa época, donde la gente solía sellarse a un líder y no necesariamente a su familia? Así que el pretexto dinásticas no aplica.
    Por otra parte, ¿Hay constancia de que Fanny fuera miembro? Me parece que no. Y si no ¿cómo puede sellarse una persona no miembro? Y ¿quién era el sellador, cuando se le dieron esas facultades? ¿Quien otorgó el permiso? ¿Quiénes fueron testigos? Al parecer no hubo ningún matrimonio, sino lo que Cowdery afirma.

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    1. Aparentemente los padres de Fanny estuvieron de acuerdo con el matrimonio, por lo que asumo que si lo era. Pero lo de sellarse directamente con los padres es un buen punto. Brigham lo hizo a montones.

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  2. Cuando hablan de contexto histórico se olvidan que esa sociedad provenía de un entorno puritano. En ese entorno la poligamia de por si ya era considerado algo horroroso y la disparidad de edades algo anormal. Las estadísticas mostradas no incluyen los matrimonios entre adolescentes, porque evidenciaria que si se casaban adolescentes pero con otros adolescentes y muy rara vez con adultos. Esto último siempre sería visto con sospecha y como una forma de abuso o dominación.

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  3. Cuando se habla de la poligamia se olvidan de las otras víctimas: Los hombres jóvenes. Éstos se encontraban en desventaja con los líderes de la iglesia al momento de conseguir esposa. Si a estos les gustaba una chica el joven tenia que hacerse a un lado y optar por lo que se le ofreciera. Ann Eliza Young ofrece varios ejemplos al respecto. Por cierto, de esta última debieras hacer un programa

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    1. Es lo que pasó más tarde con las sectas fundamentalistas. Los viejos tienen tantas esposas que a los jovenes los echan de la comunidad por cualquier cosa. Esto es tan comun que hasta tienen un nombre: "the lost boys"

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  4. "Un menor de edad es, legalmente, un individuo que aún no ha alcanzado la edad adulta. La minoría de edad comprende toda la infancia y, a menudo, la adolescencia o parte de ella. En muchos países occidentales, la mayoría de edad se alcanza a los 18 o 21 años"
    Se caso Jose Smith con menores de edad... SI, se caso con niñas... NO.
    ¿Niñas menores de edad?... acaso ¿Existen niñas mayores de edad?...
    Hay una gran diferencia entre una niña y una joven, pero bueno tu resentimiento hacia la Iglesia mormona ciega tu juicio.
    No eres ateo eres solo un antimormon más.

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    1. Tal vez deberías haber leído el artículo o escuchado el podcast antes de comentar. Lo que decis está respondido en el ensayo.

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    2. oye como le rebuscan para tapar sus errores profeta abusivo porque no lo quieren reconocer por eso lo mataron si no el senor lo hubiera salvado

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    3. oye como le rebuscan para tapar sus errores profeta abusivo porque no lo quieren reconocer por eso lo mataron si no el senor lo hubiera salvado

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  5. Juan José Mejía Cáceres10 de junio de 2016, 19:34

    Bueno en resumen como dijo Jesucristo a los "hombres de la ley" de ese época cuando buscaban aplicar sus leyes con la mujer (adultera, fornicaria ,ramera como quieran tomarlo), que lance la primera piedra aquel que no tengo pecados, y acusados por su consciencia se retiraron empezando desde los mas viejos...y Jesús le dijo a la mujer donde están los que te acusan.... ni yo tampoco (te acuso), ve y no peques mas.
    Personalmente todos tenemos algo de confusión solo queda aferrarnos a sus escritos y perseverar hasta el fin de nuestros días en alejarnos de lo que nos vulnera hacia el bien.
    Es bonito la historia y sus pesquisas pero no llegamos a buen puerto porque el que tiene todo poder de juzgar es el de arriba Our God.

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    1. Y si crees en un Dios que te dio un cerebro, es tu responsabilidad usarlo y hacer desiciones basadas en las mejores alternativas y la mejor informacion.

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  6. Excelente respuesta.... Muchas graacias por vuestro empeño en informar.

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  7. Es increible que busquen justificarlo, pero bueno no hay peor ciego que el que no quiere ver, para mi suena a que se les antojaban otras mujeres y lo disfrazaron como revelacion, pero la misma iglesia SUD no da pie con bola al tratar de explicar las razones,de la poliandria de Jose.Digamos que Jose era swinger, pero Emma no ella nomas era para el, mira que chistocito salio!

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