Episodio 105: Sea feliz, sea mormón

Sea feliz, sea mormón

Uno de los comentarios más comunes que me hacen los mormones creyentes es que no soy feliz, que soy un amargado, un frustrado, etc. Éste parece ser un insulto bastante grave para ellos, y aunque uno diga que sí es feliz, se nos responde que tal vez pensamos que somos felices, pero que no podemos conocer la verdadera felicidad a menos que seamos parte de la iglesia y obedezcamos los mandamientos mormones.

Estos son algunos ejemplos de esos comentarios:

Obviamente los mormones tienen una fijación con el tema de la felicidad, y no es de extrañar, ya que las mismas escrituras mormonas dicen cosas como:

“Adán cayó para que los hombres existiesen; y existen los hombres para que tengan gozo” (2 Nefi 2:25).

Por supuesto que ese gozo no es gratuito, sino que viene con condiciones. El libro de Alma 41:10 dice, “He aquí, te digo que la maldad nunca fue felicidad”.

¿Y qué es la maldad? Según la Guía para el Estudio de las Escrituras, la maldad (o “iniquidad”) es “ser desobediente a los mandamientos de Dios”. Esta definición es tan general que puede incluir el asesinato y el tomar té verde.

Pero, ¿qué significa la felicidad? Tanta obsesión con el tema tiene que tener alguna definición bien clara.

Según la sección de Temas del evangelio en LDS.org,

Nuestro Padre Celestial desea que hallemos una felicidad verdadera y perdurable. Nuestra felicidad constituye el designio de todas las bendiciones que Él nos da: las enseñanzas del Evangelio, los mandamientos, las ordenanzas del sacerdocio, las relaciones familiares, los profetas, los templos, las bellezas de la creación e inclusive la oportunidad de experimentar la adversidad. El plan de Él para nuestra salvación a menudo se llama “el gran plan de felicidad” (Alma 42:8). Él envió Su Hijo Amado para llevar a cabo la Expiación a fin de que seamos felices en esta tierra y recibamos una plenitud de gozo en las eternidades.

Información adicional

. . . Muchas personas intentan encontrar felicidad y satisfacción en actividades que son contrarias a los mandamientos del Señor. Al no reconocer el plan que Dios tiene para ellas, rehúsan la única fuente de felicidad verdadera y se entregan al diablo, quien “busca que todos los hombres sean miserables como él” (2 Nefi 2:27). . . .

Otras personas procuran sólo divertirse en la vida y con eso, como objetivo principal, permiten que los placeres pasajeros las distraigan de la felicidad duradera; de esa manera, se roban a sí mismas del gozo perdurable que brinda el progreso espiritual, el servicio y el trabajo arduo.

En la búsqueda de la felicidad, debemos recordar que la única manera de lograr la verdadera felicidad es vivir el Evangelio. Al esforzarnos por guardar los mandamientos, al orar por fortaleza, al arrepentirnos de nuestros pecados, al participar de actividades recreativas edificantes y al prestar servicio significativo, encontraremos una felicidad eterna y llena de paz.

Véase también Obra misional; Plan de Salvación; Servicio

En otras palabras, para la iglesia la felicidad es trabajar más para la iglesia y ser más fieles a ella. Pero los psicólogos y los expertos sobre el tema tienen una definición diferente:

La felicidad es una emoción que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada.

La felicidad suele ir aparejada a una condición interna o subjetiva de satisfacción y alegría. Algunos psicólogos han tratado de caracterizar el grado de felicidad mediante diversos tests, y han llegado a definir la felicidad como una medida de bienestar subjetivo (autopercibido) que influye en las actitudes y el comportamiento de los individuos.

O sea, la felicidad es subjetiva, es diferente para todos, y por lo tanto una felicidad objetiva es una imposibilidad. A unos les hace feliz el caminar en las montañas, a otros el mirar televisión, a otros el comer helado. Por supuesto que, si alguien prefiere hacer actividades destructivas, o quiere dormir todo el día, seguramente están teniendo problemas que no solamente no los hace felices, sino que requieren de ayuda profesional. Pero decirle a la gente lo que tienen que hacer para ser felices es presuntuoso e ineficaz.

A pesar de que la iglesia tiene reglas específicas para lo que todos debemos hacer para poder ser felices (ir a la iglesia, leer las escrituras, orar, pagar el diezmo, sellarnos en el templo, etc.), no todos disfrutamos estas cosas, y para algunos son diametralmente opuestas a lo que nos hace feliz.

Admitir los límites de la personalidad facilitará la capacidad de no derrochar recursos en aquello que es incontrolable. Tratar de condicionar el entorno a nuestro deseo sólo impedirá que consigamos atisbar lo que es el flujo que nos lleva al estado de ánimo feliz.

Cuando los líderes nos dicen que, si no tenemos ganas de orar, debemos orar para pedir por el deseo de orar, o que un testimonio se obtiene al compartirlo, no nos están diciendo que vamos a ser felices, sino que vamos a acostumbrarnos a estas cosas y vamos a tolerarlas. Esto no suena como verdadera felicidad. Como dicen los expertos, si no aprendemos a reconocer nuestras limitaciones, siempre vamos a ser infelices por no poder cumplir con las metas que nos han sido forzadas por personas que ni siquiera nos conocen.

Tratando de entender el enfoque mormón en la felicidad, propuse la pregunta en un grupo de Reddit, y estas fueron algunas de las respuestas:

Creo que se están hablando a sí mismos, en parte. Ellos quieren creer desesperadamente que son felices, especialmente en comparación con la gente que disfruta todo tipo de cosas que ellos no tienen. También, está relacionado con el viejo dicho, “Debo estar haciendo algo bien porque Dios me ha bendecido”. Con un giro más, puede convertirse en “Debo ser feliz, porque si no, entonces debo ser inicuo”.

El traje del emperador. Tienen que hacerlo ver como que todos los demás están tristes o deprimidos porque o la iglesia está equivocada o es simplemente muy extraña. Si la gente habla abiertamente de que son miserables, hace que se den cuenta de la verdad.

Ve a cualquier reunión de testimonio, todo lo que ves es llantos y habla de pruebas, luchas, de perseverar (aguantar) hasta el fin, de desafíos, etc. Imagínense cómo piensan que se siente el resto del mundo si ellos son los únicos que tienen la “verdadera felicidad”.

Si los mormones realmente son la única gente en el mundo que tiene verdadera felicidad, entonces Utah, la capital y sede del mormonismo, y la cual es 60% mormona, debería ser la comunidad más feliz del mundo. Pero los comentarios en Reddit parecen contradecir eso. Ahora, ¿qué dicen los hechos?

Según CBS News, Utah es el 10º estado más triste en el país, con el 7.5% de su población reportando episodios de depresión, mientras que Idaho, el segundo estado más mormón del país, es el 9º, y de acuerdo al Independent Media Institute, “Utah ha sido desde hace mucho la capital de las ‘pastillas felices’ en la nación, y sus ciudadanos toman el doble de antidepresivos de la población general de los EEUU. . . En Utah. . . cerca del 20% de la población toma alguna forma de antidepresivos”. Podemos preguntarnos si tanta gente no tomara tantos antidepresivos, tal vez el índice de infelicidad no sería del 7.5%, sino cerca al 30%.

Y en un entrenamiento sobre la prevención del suicidio al que tuve que atender el año pasado por mi trabajo, aprendí que:

• 570 Utahnos murieron por suicidio el año pasado
• Utah es #1 en la nación en el número de pensamientos suicidas (6.8%, mientras que el promedio nacional es 3.7% de adultos que reportan que tuvieron pensamientos suicidas el último año). El equivalente a 1 en cada 15 adultos.
• Utah es #7 en suicidios como causa principal de muerte entre las edades de 10 y 17 en 2012, y en 2013, suicidios fueron la causa #1 de muerte entre los jóvenes de edades 10-17 en Utah.
• Por cada (1) suicidio completado, hay (25) intentos en Utah.
• Cada día en 2012, dos jóvenes fueron tratados por intentos de suicidio en Utah.
• En una clase promedio de 30 estudiantes:
o 8 van a reportar sentirse tristes y sin esperanza
o 5 van a considerar seriamente suicidarse
o 4 van a planear suicidarse
o 2 van a intentar suicidarse una o más veces
o 1 va a recibir tratamiento médico por intento de suicidio

Honestamente, esto no suena como una situación muy feliz para nadie, y según todos los datos disponibles, parece que Utah en realidad es uno de los lugares más deprimentes del país.

Algunos han tratado de argumentar que Utah no es 100% mormón, por lo tanto, el resto de la población es responsable por tanta depresión y suicidios. Pero si eso fuera cierto, entonces querría decir que el 40% de un estado es responsable por el mayor índice de depresión e intentos de suicidio en el país entero. ¿Esto realmente suena siquiera probable? Y si lo es, ¿qué tienen los mormones que hace que la gente que vive cerca de ellos quieran matarse?

Pero ¿por qué entonces la iglesia mormona nos dice que la verdadera felicidad se encuentra sólo al vivir su evangelio? Tal vez es porque, como dijo el comentario de Reddit, los mormones se están tratando de autoconvencer que vivir privados de placeres normales, tales como el tomar una cerveza o tener sexo prematrimonial, realmente es preferible a lo contrario. Si mi mamá me prohíbe comer chocolate cuando TODOS mis amigos comen chocolate todo el tiempo, si no me autoconvenzo de que el chocolate ni siquiera es tan rico después de todo, voy a terminar volándome los sesos de la amargura. Pero, ¿qué pasa cuando me doy cuenta de que he estado viviendo una mentira y que el chocolate es en realidad una delicia? La contradicción mental que voy a encontrar, también llamada “disonancia cognitiva” va a hacer que sea imposible mantener la orden de mi mamá, porque no solamente me voy a dar cuenta que el chocolate es riquísimo, sino que me va a ser imposible justificar esa prohibición. Además, que el ver la sonrisa en la cara de todos los demás chicos que comen chocolates al frente mío va a aumentar esa tristeza y ese sentido de privación.

Veamos el caso de Provo, la ciudad probablemente más mormona en todo Utah, la cual en el 2014 se autoreportó como la ciudad más feliz del país. ¿Cómo se explica esta contradicción? ¿Es la ciudad más feliz a la vez que tiene los índices más altos de depresión y suicidio? Simple, el estudio dice que los seis principales índices para determinar la felicidad de una comunidad es que la persona reporte, sobre sí mismo, su evaluación de vida, su salud emocional, su ambiente laboral, su salud física, comportamientos saludables, y acceso a necesidades básicas. Si a uno le preguntan si es feliz, y uno vive en la ciudad más religiosa del país, obviamente que va a decir que es feliz, porque eso es lo que escucha todos los domingos en la iglesia, en las escrituras, en las revistas mormonas, etc. Admitir que uno no es feliz es admitir que el plan de salvación no está funcionando en nuestras vidas, o que tal vez hay algo malo con nosotros, y por eso no somos felices como el resto.

Entonces, ¿sea feliz, sea mormón? Creo que el dicho debería ser al revés. Si quiere, sea mormón, pero por favor, por favor, por favor, trate de ser feliz.